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Nacional B

El Club Atlético Paraná llegó a la Primera B Nacional un día domingo 7 de diciembre del año 2014. Ese día inscribió su nombre en la segunda categoría del fútbol nacional. Seguramente alguien habrá soñado con alcanzar esa categoría alguna vez, tal vez muchos fueron los que soñaron con esa posibilidad. Pero seguro nadie pensó que se podía dar tan rápidamente; casi como en un abrir y cerrar de ojos.

Hacía apenas unos años, el Decano estaba jugando el certamen de la Liga Paranaense de Fútbol, y hasta vio peligrar su permanencia en la Primera A local. Y hubo un despegue, como un renacer del Club, pero aún lejano de la realidad que hoy vive. Pasó por el Torneo del Interior. Luego, el ascenso al Torneo Argentino B. El anhelo de todos en barrio San Martín era llegar al Torneo Argentino A, en ese momento el objetivo de máxima, y se logró. Pero, la B Nacional, era como el premio mayor, ese que todos deseamos pero muchos nos resignamos a no alcanzar jamás. “Algún día llegaremos donde están nuestros primos (Patronato)”, pensó el simpatizante del Decano. “¿Y si ese día era ahora? ¿Por qué no? Total, soñar no cuesta nada” Siguió pensando ese hincha del Gato, disperso en cualquier punto de la capital entrerriana. Es que ya se había entusiasmado demasiado. Estaba un poco agrandado el muchacho y borracho de placer con dos ascensos vividos en tan solo cuatro años, tal vez olvidando que había pasado más de un siglo de historia sin grandes logros deportivos. Pero el presente era éste, había que vivirlo con mucha intensidad y disfrutar de las mieles del éxito.

Además, la reestructuración del fútbol argentino en ese entonces le daba la oportunidad a todos los participantes en el Torneo Federal A de transición (así se denominó en el 2014 el ex Argentino A), de alcanzar uno de los siete ascensos disponibles para la segunda división (cinco directos y dos en un petit torneo con tres llaves de ida y vuelta). Entonces, “¿por qué no?” se habrá preguntado ese hincha, con ojos soñadores.

La cosa seducía a los dirigentes, plantel y simpatizantes del Rojiblanco. No veían tan lejos la posibilidad de dar el mayor salto de categoría en la historia de la institución de calle Ruperto Pérez. “Vamos por más. Nos sentimos capacitados para pelear otro ascenso. No somos menos que nadie y ninguno es más que nosotros”, expresó el presidente José Cáceres en su momento, cuando se lo consultó si Paraná iba a buscar una de las plazas a la B Nacional. Y otra vez aquél hincha debe haberse preguntado, medio incrédulo y medio emocionado, “¿Por qué no?” Si el máximo directivo de la entidad Decana era optimista, cómo no se iba a ilusionar él, que esperó tanto tiempo por ver a su equipo en una categoría superior y que aunque no lo consiguiese nunca, jamás dejó de ir a la cancha ni de sufrir con las derrotas y alegrarse con las victorias, donde fuese, y en la categoría que le tocara estar. Esta era la gran oportunidad, y había que aprovecharla. Total, “soñar no cuesta nada”, se debe haber repetido, por enésima vez, como un mantra de tribuna. El pasaje a un nuevo destino, desconocido para muchos, estaba expuesto en ventanilla al alcance de todos, pero solamente siete podían tomarlo.

El Gato, ni lerdo ni perezoso, tuvo un paso fugaz por el Federal A, solamente cuatro meses de competencia, y se hizo acreedor de un pasaporte al profesionalismo. Fue el corolario de una campaña estupenda, en la cual el equipo dirigido por Edgardo Cervilla desplegó su fútbol ante rivales de jerarquía y asentados en la categoría. Impuso su sello en cada terreno que pisó. Se ganó el respeto de propios y extraños. Fue construyendo su obra maestra paso a paso, con mucho sacrificio y humildad, las principales características del plantel.

El camino al cielo.

El trayecto hacia el ascenso, se puede dividir en tres actos. El primero: la primera rueda de la Fase Clasificatoria, en la cual logró tres triunfos, tres empates y sufrió solo una caída. El Gato tuvo buenos desempeños, no fue inferior a ningún rival y parecía que iba en crecimiento en su primera participación en este certamen.

El segundo: la segunda rueda de la Fase Clasificatoria. En esta fue decayendo en su rendimiento, fue irregular, dejó más dudas que certezas, y recién se levantó en la penúltima jornada. Acaso en el momento justo, porque antes de enfrentarse a Sol de América de Formosa, el Decano se ubicaba sexto, fuera de zona de clasificación, y con su victoria por 3 a 1 trepó al tercer puesto beneficiado por otros marcadores que se dieron. Ahí entró nuevamente en discusión y renació la esperanza, terminando de concretar su objetivo una semana después en Resistencia, empatando 1 a 1 con Chaco For Ever. En esa etapa, el Rojiblanco alcanzó un triunfo, cuatro empates y sufrió dos traspiés.

El tercero: fueron los cruces de playoff. En estas instancias decisivas se vio al mejor Atlético Paraná de la temporada, jugando muy bien de local frente a Libertad de Sunchales, y defendiendo el resultado con uñas y dientes de visitante. El primer partido con Libertad cerró con un cómodo y prometedor 2 a 0, pero en el partido de vuelta la cosa se complicó y el fantasma de la eliminación volvió a aparecer con fuerza en Sunchales. El temprano gol del Gato hizo ilusionar a la Familia Decana pero con el correr del partido llegaron los tantos del saunchalence, que se puso 2 a 1 arriba y estuvo a tiro de lograr el empate que definiría la llave en los penales. El global estaba 3 a 2 a favor del Gato, pero Libertad quería lograr la recuperación en su casa y presionó hasta el último minuto para lograrlo, y Paraná debió sacar pecho y coraje para mantener hasta el final ese resultado que lo puso en la siguiente instancia. Fue el encuentro más duro para los dirigidos por Cervilla en esa instancia del Torneo. Ante esa adversidad el equipo se fortaleció para poder llevar adelante lo que se vino después y en el Mutio se tornó imbatible, sin caer una sola vez en todo el certamen.

Frente a Unión Aconquija se dio otra de las memorables paradas del Gato ante un rival difícil dentro y fuera de la cancha, levantó un 0-2 con gran actitud, personalidad y carácter, teniendo buen juego colectivo y siendo contundente para llevarse el triunfo con un resultado final de 5 a 2. Un partido que quedará en la memoria de muchos, donde Atlético Paraná comenzó a sacar chapa de campeón. Luego tuvo que soportar acciones antideportivas en la revancha en la ciudad catamarqueña, donde parecía que se iba a una guerra y no a disputar un partido de fútbol. La noche previa al encuentro, la delegación paranaense sufrió atropellos por parte de hinchas y dirigentes de Aconquija en el hotel en donde se concentraba. Bombas de estruendo, música a todo volumen hasta altas horas de la madrugada, roturas de vidrios y gomas pinchadas del micro que trasladó al plantel, fueron las vicisitudes que debieron superarse.

Sin embargo, ni eso, ni toda la presión que se ejerció en la llegada y permaneció en el estadio, amedrentaron a los jugadores al momento de salir a la cancha, casi sin descansar. Paraná aguantó bien el partido y perdió 1 a 0, la ventaja lograda en su casa fue suficiente para quedarse con la clasificación. Los jugadores ni siquiera pudieron festejar, una vez que el árbitro marcó el final del cotejo, debieron abandonar rápidamente el campo de juego porque el público local empezó a invadirlo. El trayecto que debían cubrir desde el estadio al micro fue liberado por la policía que los abandonó a las agresiones físicas de dirigentes e hinchas del equipo catamarqueño que llegaron a la barbarie de golpear salvajemente a algunos jugadores. Mientras los dirigentes y periodistas que viajaron para presenciar la semifinal, fueron blanco de agresiones verbales por parte del presidente del club Unión Aconquija y demás directivos. Y no solo eso, al terminar el encuentro, los efectivos policiales los retiraron del estadio a empujones y golpeándolos con los escudos protectores. El micro del plantel fue nuevamente atacado y el retorno a la ciudad de Paraná debió realizarse con los vidrios de las ventanas rotas, tapadas con colchones para evitar el crudo frío durante el viaje. El clima vivido allí fue muy tenso, de muchos nervios, pero nada opacó la alegría por llegar a la serie decisiva.

El broche de oro para cerrar una gran temporada, un año inolvidable, fue la final ante Sportivo Patria de Formosa. El Decano dio otra muestra de personalidad, carácter, amor propio y buen juego colectivo para llevarse el primer encuentro por 2 a 0, en su casa que se vio colmada de simpatizantes. Además, fue el primer triunfo del Gato ante ese rival en el campeonato, acaso en el momento más importante. Los goles de Fernando Benítez y Adriel Bulay hicieron explotar de alegría a la gente, a los hinchas que cantaban, deliraban, hacían flamear sus banderas en las tribunas y se acordaban de su eterno rival: Patronato. “Cada vez nos falta menos, para volvernos a ver”, entonaban los fanáticos. Acaso una premonición de lo que pasaría tiempo después. Aún quedaba el último escalón. Allá en la lejana ciudad formoseña. A más de 700 kilómetros de la capital entrerriana. Pero los jugadores no estuvieron solos en su patriada, sino que fueron acompañados por los directivos, colaboradores y un grupo de familiares.

El 2 a 0 alcanzado en la ida era una buena diferencia, pero no había que confiarse. Sin embargo, en el estadio municipal “Antonio Romero” de la capital formoseña, Paraná sentenció la historia con un contundente 3 a 1. El “Checo” Chitero se vistió de héroe y con dos tantos en tan solo dos minutos, le bajó la persiana a la llave decisiva. Luego llegó el descuento de Troche y posteriormente la exquisita definición de Ledesma, desmoralizante para el rival, que cerró la serie con un 5 a 1 global, que dejó más que claro quién fue el mejor. Los jugadores no pudieron celebrar dentro de la cancha, porque cuando transcurrían 30 minutos del segundo tiempo, y ya con un resultado irremontable, los simpatizantes de Patria comenzaron a invadirla y el árbitro Ramón Guaymas Tornero decidió suspender el encuentro. Final y ascenso concretado. El Gato dio el salto más grande y espectacular de su historia deportiva e institucional. Impensado, increíble si se quiere, pero real.

Entonces, fue el momento de la emoción, de las lágrimas, de los abrazos, del desahogo. Los jugadores celebraron la conquista en intimidad del vestuario como nunca antes se los había visto. Llevaron todo el cotillón, nadie se salvó de la espuma, del agua, y el festejo continuó arriba del micro. Por su parte, los dirigentes, colaboradores, familiares de futbolistas, demás integrantes del plantel y el grupo de simpatizantes que pudieron estar en la capital formoseña, se abrazaron y lloraron juntos en un sector de la tribuna. Emoción que contagió a todos. La felicidad era inmensa.

La policía sugirió abandonar el estadio porque en las inmediaciones el clima estaba enardecido con los simpatizantes locales. La salida debió ser rápida, una caravana de tres combis y cuatro autos escoltaron al ómnibus de los futbolistas, donde todo era fiesta.

Los pibes del Gato, de alguna manera, se tomaron venganza por aquel equipo que era denominado como el de la “Década Dorada”, allá en los ‘70, porque en el año 1976 el Rojiblanco cayó en una final del Torneo Regional por penales ante Patria, tras ganar el juego de ida por 2 a 1 y perder en la revancha por igual marcador. Esta vez la historia tuvo otro desenlace, un final distinto, conmovedor.

SÍNTESIS DE LA LLAVE DEFINITORIA

PRIMER PARTIDO

ATL. PARANÁ 2: Ignacio Arce, Martín Galli, David Dri,Brian Berlo, Maximiliano Piris, Adriel Bulay, Pablo Lencioni, Lisandro Alzugaray, Alexis Ekkert, Sergio Chitero, Fernando Benítez
DT: Edgardo Cervilla

SP. PATRIA 0: Leandro Rekena, Cristian Gómez, Tomás Machado, Arturo Villasanti, Adrián Galeano, Alejandro Altuna, Marcos Quiroga, Nicolás Fassino, Marcos Azcurra, Hugo Troche, Gerardo Pérez,
DT: Gustavo Coleoni

Goles: PT: 12’ Fernando Benítez (AP) y 36’ Adriel Bulay (AP).
Cambios: ST: 28’ Mariano Echagüe por Alzugaray (AP); 30’ Claudio Acosta por Altuna (SP); 36’ Nicolás Ledesma por Chitero (AP); 40’ Matías Romero por Pérez Tarifa (SP) y Maximiliano Antonelli por Troche (SP) y 41’ Ricardo Stechina por Piris (AP).
Amonestados: Benítez (AP); Azcurra, Gómez, Galeano, Villasanti y Altuna (SP).
Expulsado: PT: 38’ Cervilla (DT de Paraná), por protestar.
Árbitro: Luis Lobo Medina –regular- (Tucumán). Asistentes: Víctor Rojas Aguirre (Corrientes) y Mariano Viale (Córdoba).
Cancha: Estadio Pedro Mutio.

SEGUNDO PARTIDO
SP. PATRIA 1: Leandro Rekena, Cristian Gómez, Tomás Machado, Walter Ferrero,Adrián Galeano, Alejandro Altuna, Marcos Quiroga, Nicolás Fassino, Maximiliano Antonelli, Hugo Troche, G. Pérez Tarifa,
DT: Gustavo Coleoni

ATL. PARANÁ 3: Ignacio Arce, Martín Galli, David Dri, Brian Berlo, Maximiliano Piris, Adriel Bulay, Pablo Lencioni, Gastón Petrucci, Alexis Ekkert, Sergio Chitero, Fernando Benítez
DT: Edgardo Cervilla

Goles: ST: 8’ y 10’ Sergio Chitero (AP); 24’ Hugo Troche (SP), de penal; y 27’ Nicolás Ledesma (AP).
Cambios: ST: Al inicio, Ricardo Stechina por Piris (AP) y Claudio Acosta por Gómez (SP); 9’ Jonatan Corzo por Altuna (SP); 10’ Matías Romero por Pérez Tarifa (S); 13’ Mariano Echagüe por Lencioni (AP) y 21’ Nicolás Ledesma por Chitero (AP).
Amonestados: Gómez y Ferrero (SP); y Chitero (AP).
Incidencia: ST: 30’ el partido fue suspendido por invasión de hinchas locales.
Árbitro: Ramón Guaymas Tornero (Salta) –muy bien-. Asistentes: Alfredo Espinoza (Venado Tuerto) y Gonzalo Pedro (Chañar Ladeado). Cuarto árbitro: Guillermo González (Resistencia). Cancha: Estadio Municipal “Antonio Romero”, de Formosa.
Resultado global: Paraná 5 – Sp. Patria 1.

Voces de la felicidad

En medio de los festejos en el vestuario del estadio “Antonio Romero” de la ciudad de Formosa, los jugadores de Atlético Paraná dejaron sus impresiones de lo que estaban viviendo y éstas fueron algunas de las frases destacadas:

• SERGIO CHITERO. El Checo fue uno de los goleadores del certamen. “Siento mucha felicidad porque se cumplió el objetivo. Éste es un grupo de chicos muy humildes y sacrificados, que inició un proceso con mucha ilusión. Hoy jugamos con la desesperación del rival (Sp. Patria) y ganamos este partido que nos deja en la gloria. Quedamos en la historia grande del Club”.
• DAVID DRI. El defensor sumó su segundo ascenso en lo personal. “Todavía no caigo de lo que se logró. Creo que a medida que pasen los días nos va a caer la ficha sobre la historia que acabamos de escribir. En cuatro meses pasamos por el Federal A y llegamos al Nacional B. Este grupo demostró que con mucha humildad, sacrificio y trabajo se pueden lograr cosas importantes”.

• CÉSAR FONTANA. El vicepresidente de la institución recibió el mejor regalo justo en el día de su cumpleaños. “Esto es histórico porque nadie nos regaló nada. Conseguimos dos ascensos en el mismo año, algo histórico para el fútbol de la provincia. Este ascenso se lo dedicamos a José Cáceres, quien fue el que bancó al cuerpo técnico. El Club Atlético Paraná está vivo gracias a José Cáceres. Paraná demostró que es un equipo grande y ahora vamos a competir en la B Nacional junto a Patronato”.

El festejo íntimo, la llegada y el conmovedor recibimiento.

Cada vez que la Familia Rojiblanca recuerde ese día 7 de diciembre de 2014, difícilmente pueda evitar que lágrimas de felicidad rueden sobre sus mejillas. Si usted vive el fútbol intensamente, si lloró con las derrotas y eliminaciones tiempo atrás, permítase llorar ahora también con los triunfos y los ascensos. Si usted es del Decano, emociónese al recordar esta época gloriosa; ya no recordará más con tristeza las finales perdidas en la década del ’70. Ahora son otros los tiempos, de alegría, de felicidad, de disfrute, y eso fue producto del sacrificio y el trabajo. Entonces, llorar de emoción con los recuerdos, es un derecho conquistado.

Hay emociones que no se olvidan en la vida. Emociones como las que se vivieron en Formosa, en Corrientes y finalmente en la capital entrerriana. Es difícil olvidar el festejo de los gladiadores Decanos tras alcanzar el máximo ascenso. Ellos se lo merecían. Esa felicidad fue compartida con dirigentes, familiares, hinchas. En la capital formoseña parecía que todos querían detener el tiempo y que no siga su curso, para así hacer eterna la celebración. Pero debía continuar.

En Paraná, lejos de donde se desarrolló la final, la Familia Rojiblanca se congregó en el Mutio para escuchar el partido que se transmitía por radio y fue amplificado a través de las bocinas del Estadio. Fue una tarde muy lluviosa en la capital entrerriana, que no logró opacar la alegría. Como si el cielo se alegrara con la noticia, sobre el final del partido, paró de llover y los amantes del Gato se volcaron en multitud hacia el Estadio y de allí partieron en caravana a la plaza 1° de Mayo, donde los paranaenses presenciaron un hecho prácticamente inédito hasta el momento, la Plaza y la Catedral, teñidas de rojo y blanco, con los colores de un equipo local.

Para los jugadores, sus familiares, el cuerpo técnico y los directivos de Paraná, comenzó el festivo regreso, que tuvo su primera parada en Corrientes, donde plantel y dirigentes compartieron una cena de agasajo por el logro obtenido. Allí hubo discursos varios, la noche se hizo muy larga. El presidente José Cáceres y el vice César Fontana hablaron y les agradecieron a los jugadores el ascenso, el haber colocado a Atlético Paraná en una vidriera muy importante del fútbol nacional. También se expresaron los propios futbolistas y cuerpo técnico, nadie quería quedar al margen de la fiesta Rojiblanca. Todos estaban muy emocionados, felices. Y no era para menos. Pero si hay otra cosa de la que nadie se olvidará, es el recibimiento a los jugadores en la mañana del lunes 8 de diciembre. Sinceramente, se vivió una verdadera fiesta. Fue impresionante, impensado e inesperado todo. Cientos y cientos de simpatizantes se congregaron en el Autódromo “Ciudad de Paraná” para darle la bienvenida al plantel. Nadie se imaginó que iba a tomar la dimensión que realmente tomó. Una caravana de cinco kilómetros, aproximadamente, de autos, motos, camiones, acompañaron a la delegación Rojiblanca por las calles de la ciudad hasta la Casa de Gobierno. Allí, los futbolistas y cuerpo técnico fueron recibidos por el vicegobernador y presidente de la institución, José Cáceres, y la intendenta, Blanca Osuna, quienes, junto al resto de los integrantes de la Comisión Directiva del Club, hicieron entrega de una medalla recordatoria a cada uno de los partícipes de la epopeya, en la Casa Gris.

Con sus medallas colgadas al cuello, los futbolistas fueron saliendo de a uno a la explanada a medida que el locutor, Matías Serrano, los nombraba para que reciban la ovación de los fanáticos. Ese mismo relator tuvo un papel destacado en la transmisión de los partidos del Decano, fue prácticamente la voz que informó a los paranaenses de la extensa campaña, y su emocionado relato transportó a los fanáticos a cada rincón donde el llegó equipo e hizo vivir casi en carne propia cada conquista en tierras lejanas. Tuvo en esa tarea un compañero inseparable y un productor de lujo, el periodista deportivo Darío Albertini, uno de los más informados de la provincia, y sin dudas, el que más sabe de Atlético Paraná. Aquél mediodía los encontró cubriendo y siendo parte del mejor momento del Club cuya campaña siguieron desde sus inicios. Sergio Chitero, Fernando Benítez, Pablo Lencioni y David Dri resultaron ser los más aplaudidos por la gente, pero todos recibieron el afecto y el reconocimiento, no sólo de los hinchas, sino de toda la ciudad que vivió varios días de festejos.

El Gato, por un instante, se hizo dueño absoluto del centro cívico de la capital provincial.

Había que disfrutar de esa conquista histórica que, con el correr de los años, perdurará en la memoria de cada una de las personas allí presentes. Chicos, adolescentes, adultos, ancianos. Todas las generaciones, envueltas en los colores rojo y blanco, estaban en ese emblemático lugar para agradecerles a los muchachos lo que habían ganado. Causó una tremenda emoción observar a ellos abrazarse, llorar, agradecer, el momento de gloria que estaban disfrutando.

Pero la celebración no finalizó allí, sino que tuvo un recorrido más. Las calles de la ciudad se vieron convulsionadas por el movimiento Rojiblanco, porque todo concluyó con la llegada de los jugadores al estadio Pedro Mutio, donde decenas de hinchas los estaban esperando y se fueron despidiendo al llegar la tarde. Inolvidable, histórico, único, así fue aquél momento que estas páginas intentan traducir sin lograrlo su real intensidad.

El sueño del Decano de estar en la B Nacional ya era una realidad. Se llegó con un plantel humilde, de bajo perfil, con hambre de gloria; pero, sobre todo, conformado por buenas personas, que realizaron un gran sacrificio para alcanzar la meta.

En esta conquista tuvieron gran parte de responsabilidad los dirigentes, quienes decidieron sostener un proceso a largo tiempo, realizaron un esfuerzo enorme en lo económico para cumplirle al plantel con todo lo pautado y trataron de no dejar nada librado al azar, siempre con la convicción como estandarte. Los frutos de ese esfuerzo, saben a gloria.

Así lo vivieron los protagonistas

 

* Ignacio Arce (arquero): “No me esperaba este reconocimiento, sabemos que es un paso muy importante para el club. Estoy muy agradecido y feliz por el grupo que me tocó”. “Todavía no lo puedo creer, no caigo, y el ser protagonista nuevamente de un ascenso me llena de orgullo”.

* Nicolás Ledesma (delantero y autor del tercer gol ante Sp. Patria): “Esto es increíble. El viaje fue muy largo y no llegábamos nunca para encontrarnos con la gente. Fue hermoso el recibimiento de los hinchas. Esto no se vive todo los días, por eso lo disfruto al máximo. Estoy feliz por todos mis compañeros y los hinchas”. “La sangre me hierve, estoy a mil revoluciones, y no tengo palabras para describir este momento; es hermoso y todavía no lo puedo creer”.

* Alexis Ekkert (volante y uno de los destacados del equipo): “Uno no encuentra palabras para describir lo que se siente. No somos conscientes de lo que logramos”. “No podíamos creer al llegar y ver la cantidad de gente que nos esperó, estamos disfrutando con ellos también este ascenso”. “El sacrificio y la humildad que tuvo este equipo incidieron para que nos reconozcan en estos momentos”.

* Fernando Benítez (delantero y uno de los históricos del club): “Es un momento muy lindo, emotivo, porque luchamos mucho para llegar a esto. Me toca a una edad grande y no quería dejar pasar la posibilidad, porque, sinceramente, en lo personal es difícil que me vuelva a suceder. La verdad que es algo hermoso lo que nos pasó este año con dos ascensos; impensado realmente. Ahora hay que disfrutarlo con este grupo humano, la familia y con la gente que nos acompañó en la llegada. Seguramente cuando pase el tiempo nos vamos a dar cuenta de lo que logramos”.

* Martín Galli (marcador de punta derecho): “La verdad que ver la gente así me genera algo muy emocionante. No nos imaginábamos que nos iban acompañar con esta gran concurrencia. Me parece que la gente sintió y vio el esfuerzo, por eso nos dio este reconocimiento, esto es impagable”. “Los que estamos en el grupo sabemos lo que significa esto para nosotros y no hay plata ni nada que te de la alegría que genera conseguir un ascenso”

* Maximiliano Piris (lateral izquierdo): “Siento mucha alegría, más que nada por el grupo. Somos humildes que siempre agachamos la cabeza y vamos para adelante”. “Veníamos viajando y cuando llegamos al autódromo dijimos ¿‘esto logramos nosotros’? Estaba en la parte de atrás con Dri y cuando vimos la cantidad de gente dije: ‘Mira todos los hinchas que nos acompañan’. Y ahí el Gringo me respondió: ‘Negro, a esto lo conseguimos nosotros’”. -“El llanto lo largué cuando el Checo (por Sergio Chitero) hizo el gol y a partir de ahí me lloré todo en el banco de suplentes, porque salí con una molestia. Después fue todo alegría, y cuando me encontré con mi familia largue toda la emoción contenida”.

La campaña del ascenso más importante de la historia Decana - Fase Clasificatoria

 

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Segunda Fase (Cuartos de Final)

 

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Tercera Fase (Semifinal)

 

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Cuarta Fase (Final)

 

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Goleadores

 

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El plantel del ascenso a la B Nacional

Arqueros:Ignacio Arce,Damián Serrano,Héctor Acebedo

Defensores:Martín Galli, David Dri, Brian Berlo, Maximiliano Piris, Milton Alvez, Ricardo Stechina, Marcos Rosano, Cristian Romero, Germán Fischer,Federico Córdoba

Mediocampistas: Adriel Bulay, Pablo Lencioni, Mariano Echagüe, Alexis Ekkert, Lisandro Alzugaray, Gonzalo Movio, Franco Richard, Oscar Vallejo, Gastón Petrucci, Milton Schonfeld, Martín Antoniazzi, Gustavo Trinidad

Delanteros: Sergio Chitero, Fernando Benítez, Matías Benítez, Nicolás Ledesma, Ariel Lederhos, Walter Torres

Cuerpo técnico: Edgardo Cervilla (director técnico), Adalberto Muñoz (ayudante de campo), José Luis Mancuello (ayudante de campo), Sebastián Furios (preparador físico), Andrés Gaitán (médico), Andrés García (médico), Esteban Paván (kinesiólogo), Víctor Ortega (masajista), Carlos Zárate (delegado)

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